
La exposición Transformaciones del artista Hugo Wirz nos habla del Zeitfluss, el correr del tiempo. Porque nunca nada permanece igual: hay una metamorfosis continua, a veces imperceptible a escala humana, en todo lo que nos rodea.
Ese concepto de cambio está muy presente en la naturaleza ligado de manera indisoluble al tiempo. Y el tiempo es, en nuestra sociedad, una de nuestras mayores preocupaciones. Nada hay más íntimo ni más compartido que el tiempo. Nada más cuantioso, nada más insuficiente. Aunque el tiempo no sólo nos afecta a los humanos. Desde las estaciones del año, hasta los movimientos migratorios de las aves, la floración de las plantas o las oscilaciones periódicas del nivel del mar, todo, absolutamente todo lo que nos rodea, se rige por el tiempo.
También nuestro planeta. Para la Geología, la ciencia que lo estudia, la unidad de medida es el millón de años. Un tiempo profundo, difícil de interiorizar por su lejanía con nuestra experiencia conocida. Los órdenes de magnitud que manejamos a escala humana son de decenas de años, centenas a lo sumo. Pero la Tierra tiene 4.600 millones de años; un trilobites, unos 470; el cráneo de un Tyrannosaurus, cerca de 70. Sobrecogedor, ¿verdad? En esta charla hablaremos de la dimensión geológica del tiempo a través de sus más conocidos ejemplos, los fósiles.
Dra. Ana Rodrigo Sanz
Paleontóloga

